Conjugar la accesibilidad universal con un sector tan solvente en las islas como puede ser el turismo se convierte en una apuesta decidida y ambiciosa que redunda en el beneficio de ambos ámbitos. El turismo accesible es un derecho, encontrando las principales barreras que sufren las personas con dificultades de movilidad en la falta de accesibilidad física y de información fiable, para que este colectivo pueda viajar con confianza, el destino turístico debe poseer la certificación europea de accesibilidad universal que garantice el cumplimiento de todos los parámetros necesarios. Además, es imprescindible formar y concienciar al personal con el objeto de que conozcan y sepan atender las necesidades de las personas con movilidad y comunicación reducida. De esta manera, la accesibilidad, además, se convierte en un factor implícito para elevar la calidad de las infraestructuras turísticas y ampliar los mercados ya existentes.